Debate acerca de las relaciones entre sumisas/os de un/a mismo/a Dom, a cargo de ElDon.
Nadie es quien para decir como debe vivirse el BDSM. Es una
concepción personal que se completa con el encuentro con otra u otras personas
que coinciden en planteamiento y aspiraciones. Pero, ¿hay unas bases mínimas?
¿existen puntos necesarios para que una relación pueda denominarse BDSM? ¿dónde
deben estar los límites? ¿acaso deben existir?...
La excesiva relajación en la relación entre Amo y sumisa (o
Ama y sumiso) puede atrofiar el auténtico sentido del BDSM convirtiendo esa
relación en una patochada que podrá satisfacer a ambas partes pero que no
cuenta para este particular mundo. Algunos sumisos o sumisas, muestran de todo
menos sumisión y buenos modales. Los hay descarados, chuletas, insolentes, maleducados… para el caso de algunos de ellos difícilmente se les podría ubicar dentro del BDSM incluso cabría plantearse que buscan o aportan a canales BDSM. En cuanto a los Amos, los hay que parecen más próximos al perfil del macarra, prepotentes, personalidades frustradas que tampoco aportan nada ni entienden el BDSM.
Y en todo ese cajón de sastre, por si no fuera lo suficiente complicado, aparecen algunas cuadras. Amos que cuentan con varias sumisas o Dóminas con varios sumisos. La complicación aumenta exponencialmente. Ahora ya no es una relación entre dos, sino entre tres, cuatro… y en especial, la relación entre los sumisos y las sumisas. Y no menos importante el trato que les debe dispensar el Amo o la
Dómina.
¿Alguien es capaz de poner un poco de orden en este avispero?
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