martes, 25 de mayo de 2010

BDSM: Tabú social o secta automarginada? (Introducción completa del tema a debatir.)

Tema que se debatirá el jueves 27 de mayo 2010 en el chat de debates #debates_bdsm de irc-hispano.
Introducción a cargo de jazir.

Tabú social, o secta automarginada. Este es el tema de hoy. No es cuestión de contraponer ambos conceptos, ya que en mi opinión, el BDSM sufre de ambos males. Uno por parte de quienes no lo practican, el tabú que sigue siendo para gran parte de la sociedad este tipo de prácticas o relaciones, el tabú que sigue siendo para aquellos que no logran entender que algunos vivamos nuestras relaciones físicas o emocionales de esta manera, que encontremos nuestra realización sometiendo o somietiendonos a otro ser humano de distintas maneras y a distintos niveles. Encuentro que es un tabú dificil de romper...al fin y al cabo el mundo avanza, o pretende avanzar hacia la igualdad de derechos, y un tipo de relación en el que uno de los implicados, renuncia, siempre voluntariamente, a esa igualdad, no deja de ser politicamente incorrecta. Esto es especialmente acusado en la relación Amo-sumisa, en la que no pocas veces la sumisa se puede ver señalada por las propias mujeres al admitir por si misma un situación de inferioridad y obediciendicia al varón. Por otro lado, en la relación Ama-sumiso, este último se puede encontrar ante el desprecio de los otros hombres con mentalidad digamos...desfasada, por entregarse a la voluntad de una mujer en cuerpo y alma.


Por otro lado, tenemos el otro “mal” en el que a mi juicio se cae, y no pocas veces. El de convertir el BDSM en una secta automarginada. Y esto, si depende de uno mismo, no la sociedad, y por tanto, creo que es más fácil remediarlo. Con secta automarginada me refiero en realidad a un par de cosas que vengo observando y que a mi particularmente no me gustan nada. Primero, tenemos a una autodenomidada “vieja guardia” o “élite”, tanto Domo como sums, que ya sea por los años que llevan practicando el BDSM o o incluso por la supuesta habilidad que tienen con unas practicas, parecen creerse los guardianes de la pureza y las esencias de este “negocio”, dictan quienes son buenos o malos Doms, quienes son sums aceptables o no, dictan que protocolo hay que seguir o de que manera hay que vestir...y todo lo que se salga de su supuesta catedra, lo despachan con un arrogante...”eso no es BDSM” o un despreciativo “tu no tienes ni idea de BDSM”, haciendo así que el circulo se cierre, se cierre y se cierre a cualquier persona que no comulgue con su forma de ver el BDSM, y expulsandola a las “tinieblas exteriores” del vainilleo -palabra que no me agrada nada tampoco-. Esta una forma de automarginarse pues, que a mi juicio, tiene el único propósito de consolidar ese circulo minoritario y hermético, para así sentirse especiales por algo que en absoluto lo es, si no una forma más, una forma distinta, pero no especial, de relacionarse.


Luego está la “corriente” contraria, pero tambien automarginal, la reivindicativa. Aquella que organiza cosas como el día del orgullo BDSM o habla de abrirse al exterior, de salir del armario, habla de “nosotros tenemos que hacer ver...”. Nosotros? Quienes son “nosotros”?. Yo soy yo, y creo que ni he de sentirme orgulloso....ni avergonzado, por como elijo entablar mis relaciones, ya que esto las haría “extrañas”, y tampoco me siento extraño, ni siento ninguna necesidad de contrale al mundo mi vida íntima, y no lo olvidemos, el BDSM es básicamente algo íntimo. Que se puede sacar hacia afuera? Claro, como todo, pero yo tampoco le contaría a mis amigos como me beneficio a mi novia vainilla, si exsistiese tal cosa. Por lo tanto, al hablar de ese “nosotros” también nos estamos automarginando, al crear un supuesto grupo aparte, y en el fondo, al no aceptarnos como somos y quienes somos, y necesitar y anhelar la aceptación social, que francamente, a mi, me importa cero. Mi identidad como persona no se limita a ser sumiso, como la identidad de un gay no se limita a ser gay, y como la identidad de quienes sienten atracción por las pelirrojas se limita a eso. La gente me aceptará o no por quien soy, no por lo que hago con mi pareja, que a la gente le tiene que importar muy poco, y si le importan, que le den. Por lo tanto también me niego a estar en ese “nosotros” o a pertencer a una supuesta comunidad BDSM compuesta por gente con la puedo tener mucho en común...o no. Solo una manera de ver la vida emocional, o de disfrutar del sexo, y eso a mi juicio no es suficiente para que me consideren de su mundo.

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